Jesucristo, el Hijo de Dios, fue crucificado, murió sobre la cruz, descendió a los infiernos, ha resucitado y, después de su resurrección, se les apareció a sus discípulos muchas veces. Al fin, después de haberlos bendecido, ascendió al cielo. Al dejar a los apóstoles, Cristo les ordenó: "Permaneced en Jerusalén hasta que seáis revestidos de poder desde lo alto" (Lc 24,49b). Y "...estaban todos reunidos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse. Había en Jerusalén hombres piadosos, que allí residían, venidos de todas las naciones que hay bajo el cielo. Al producirse aquel ruido, la gente se congregó y se llenó de estupor al oírles hablar cada uno en su propia lengua" (Hch 2,1-6). Una imagen insigne de la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles es el icono de Novgorod, de finales del siglo XV y principios del siglo XVI, pintado según el esquema tradicional. Los apóstoles están todo sentados y forman un arco que se abre hacia nosotros. Sobre ellos viene el Espíritu Santo bajo forma de lenguas de fuego, pintadas en el icono como rayos que bajan del cielo sobre los apóstoles.Un gran conocimiento ha iluminado la mente de cada uno de ellos. Esta sabiduría está representada por una aureola -el nimbo- alrededor de sus cabezas. El Espíritu Santo los ha iluminado. El icono está pintado con tal arte que, a pesar de que los apóstoles son diferentes, los vemos como si todos fueran uno solo. Desde ahora y para siempre los discípulos de Cristo están ligados el uno al otro, unidos por el Espíritu Santo. Esta comunión, esta unidad, es la Iglesia. Cada apóstol sostiene un rollo, símbolo de la enseñanza. También a nosotros se nos propone la enseñanza: el viejo de la corona, que es símbolo del mundo, el "Cosmos", se encuentra con nosotros; tiene en las manos un paño con los rollos. Entrad y recibid la enseñanza.Entrad en la Nueva Alianza. La Iglesia siempre está abierta -figura del Cosmos- y está representada como si se encontrara sobre las puertas. Este icono de Pentecostés es imagen de la Iglesia eternamente viva, siempre abierta al que entra. A ella, como a un arroyo que no se seca, afluyen las gentes, generación tras generación. El iconografo ha logrado hacer lo imposible: transmitir la acción que se está desarrollando fuera del tiempo, en la eternidad, de la cual llega a ser partícipe cualquiera que mire este icono.El círculo de la Iglesia no tiene principio ni fin, no se puede partir y tampoco cerrar. En él está el sentido profundo de su Universalidad.
Imagen: Icono de Theófanes de Creta.1546. Monasterio Stavronikita. Monte Athos. Grecia.
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